Esta Directiva, aprobada por los ministros de trabajo de los Gobiernos, planteaba ampliar el límite máximo de jornada laboral semanal, fijado en 48 horas, hasta un máximo de 60 ó 65 horas, según los casos. Lo que daría libertad a los empresarios para "negociar" con los trabajadores el límite máximo a trabajar.La norma, que sin duda suponía un retroceso hacia la búsqueda del estado de bienestar para la que supuestamente nació Europa, ha pérdido este primer asalto. Veremos si en los próximos 90 días nace un nuevo acuerdo que pretenda de nuevo ampliar las 48 horas maquillando el texto actual.
Más información:
www.kaosenlared.net
www.elpais.com