
Hay poco espacio en Cádiz, y el equipo de Gobierno de Teófila no está dispuesto a restar un sólo metro cuadrado del espacio reservado el coche. En este último artículo queda patente como, con la premisa de no entorpecer al sagrado coche, los ciclistas se ven obligados a compartir con los peatones el escaso espacio que tienen reservados en la ciudad. Con esa política la capital está avocada al desastre en lo referente a la movilidad urbana.